miércoles, 28 de julio de 2010

Luego de representar Evita en las tablas londinenses, la actriz argentina, Elena Roger, se mete en la piel de Edith Piaf, también de la mano de Andrew Lloyd Webber...


Elena Roger: de Evita a Piaf
por HEBE SCHMIDT (LUK / MADRID)

Luego de representar Evita en las tablas londinenses, la actriz argentina, Elena Roger, se mete en la piel de Edith Piaf, también de la mano de Andrew Lloyd Webber...

"Creo que fui muy afortunada y que el destino acomodó las cosas para llegar a este sitio donde hoy estoy parada", dice Elena Roger, la cantante y actriz argentina elegida nada menos que por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice luego de exigentes audiciones para protagonizar Evita en Londres en 2006 y meterse, ahora, en la piel de la actriz gala Edith Piaf, en cartelera en el West End de Londres desde hace un mes.
Claro que la exigente crítica británica, a la que se metió en el bolsillo luego de la brillante personificación de Evita, no opina que su talento sea tan sólo producto del destino sino más bien de su tenacidad y energía, que en su momento, cautivaran a Lloyd Webber. "Yo, apenas hablaba el inglés del colegio y de francés no sabía nada", recuerda. Sin embargo, interpretó a Evita en inglés y ha tenido que aprender francés para cantar hasta 13 temas del repertorio de Piaf, entre ellos los más conocidos como Non, je ne regrette rien o La Vie En Rose.
Bucear en la trágica vida de Edith Piaf, la obra de Pam Gems, reconocida dramaturga británica y autora de Marlene (Dietrich) y El Ángel Azul, supone para Roger un desafío aún mayor que el de Evita, puesto que la personalidad de Piaf y su fatal destino revisten una complejidad poco habitual. Quiénes le han conocido sentencian que su voz es "irrepetible", y que "cantaba como si se arrancase el alma por última vez", pero Elena Roger lo ha conseguido. "Se ha metido tanto en la piel de Piaf que no se pueden ver las costuras. Su voz es como la de la artista que encarna: profunda y amarga, e irresistible", dijeron los tan temidos críticos londinenses, capaz de entronizar hacia la gloria al más desconocido de los actores o abatir sin piedad alguna al más renombrado.
Durante la interpretación de Piaf, Roger se viste y desviste en la escena misma, mutando ante la mirada de los espectadores de una joven descarriada, que es abusada sexualmente, en una precoz vieja, que se autodestruye a base de drogas y alcohol, para olvidar la muerte del amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan. Sobre el escenario caracterizado con adoquines que simulan las calles parisinas en las que se crió Piaf, Roger pasea su figura durante hora y media, con una soltura y una compenetración "sencillamente fabulosas", aseguran los medios ingleses.
Cuando era pequeña, la profesora que le daba clases de baile en su barrio, Barracas, en Buenos Aires, se mudó y cerró la escuelita. Y Elena debió abandonar la danza. "Pero un día, luego de ver bailar a Julio Boca por TV, descubrí que quería subirme a un escenario y no bajarme nunca más, aunque no imaginé llegar a estar parada aquí, yo, que vengo de Barracas".
Elena tiene a la mayoría de sus afectos en Argentina, y adora su país, sin embargo, no su sentir, en un punto, no ha podido escapar a la suerte de quién emigra: "en muchas ocasiones me siento un tanto extraña, como que no soy ni de aquí ni de allí. Y, en este punto, soy como cualquier inmigrante". Quizá, por eso, en las alacenas de su cocina no falten ni el mate, que toma amargo, ni el dulce de leche, que le fascina y de cuando en cuando se haga un exhaustivo recorrido por la capital británica para ver en qué sitio puede comerse "un buen bife".
Lo cierto, es que Elena Roger, con apenas 33 años, se ha vuelto una experta a la hora de dar vida a figuras icónicas del siglo XX y que la genialidad que exhibe su arte no pasa desapercibida en el mundillo de las tablas londinenses. Fue nominada como Mejor Actriz de Musical por Evita, para los premios Lawrence Olivier que entrega anualmente la Sociedad Teatral de Londres. Incluso, su interpretación de Don´t cry for me Argentina, en Evita, emocionó hasta las lágrimas a Kim Cattrall -la Samantha de Sex & the city-, que luego de la función se acercó a su camarín para saludarla. El actor norteamericano Frank Langella e Ian McKellen (Gandalf en la saga de El Señor de los anillos) tampoco escatimaron en elogios para Elena en aquel momento.
En su futuro inmediato, Elena espera que "todo fluya como hasta ahora", a la vez que se ilusiona la idea de volver a trabajar en Argentina, aunque eso, quizá



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