Pero al ver que la fecha del estreno estaba de nuevo en duda y que las entradas tenían un precio de unos 277 dólares, los críticos decidieron no seguir esperando, y el jueves escribieron sobre el espectáculo en lo que parecía una competición por ver quién lo dejaba en peor lugar.
Las espectaculares e inéditas escenas aéreas, que explican gran parte del presupuesto, no logran salvar un incomprensible guión, unas secuencias ridículas y unas canciones que no complacieron a nadie, dijeron.
El New York Times publicó que el musical "tiene unos problemas tan graves que no tiene solución".
"La absoluta ineptitud de esta obra, inspirada en el cómic de 'Spiderman', pierde el factor sorpresa al principio. Después de 15 ó 20 minutos, la pregunta que te haces cambia de '¿Cómo puede ser que 65 millones de dólares parezcan tan baratos? a ¿cuánto tiempo falta para irme de aquí?'", dijo Ben Brantley, crítico del Times.
Bajo el título "Es cara y aburre", el New York Post destacó que los vuelos eran "impresionantes", pero que el musical era "irregular", con escenas imponentes seguidas de otras ridículas.
El Washington Post relegó la obra de dos horas y 50 minutos "al sótano más frío y húmedo de la historia musical estadounidense".
"Si alguien invierte 65 millones de dólares y no logra el mejor musical de todos los tiempos, supongo que ser uno de los peores es una distinción perversa", dijo el crítico Peter Marks.
A pesar de la mala publicidad en torno al coste, los retrasos y las lesiones de los actores y del equipo de producción, la obra sigue registrando buenas ventas de taquilla, alcanzando el primer puesto algunas semanas. Los espectadores que la han visto dijeron que eran seguidores de la saga y que no les importaba todo este alboroto.
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