martes, 18 de octubre de 2011

El universo de Sabina inspira un musical / El universo canallesco y turbio del cancionero de Joaquín Sabina es la antítesis del optimismo luminoso, a veces bobalicón, que suelen transmitir los musicales. No es extraño pues que en el 2006, delante de un c

JUAN FERNÁNDEZ
MADRID


Una escena del montaje 'Más de 1000 mentiras', que se acaba de estrenar en Madrid. JOSÉ LUIS ROCA

 

Información publicada en la página 65 de la sección de Espectáculos de la edición impresa del día 17 de octubre de 2011 Desde aquel almuerzo hasta hoy han pasado dos cosas: el auge experimentado por los musicales ha hecho que Sabina mire con menos remilgos este género tan ajeno de él. Y dos: el mimo demostrado por los creadores de Hoy no me puedo levantar y Enamorados anónimos a la hora de adaptar canciones populares al formato musical, unido a la fiable presencia de David Serrano (El otro lado de la cama, Días de fútbol) al frente del proyecto acabaron por convencer al andaluz, que ayer inició, con un concierto en Nueva York, la que es su primera gira por Estados Unidos.
Cuatro años de trabajo, dos de preparación de guión, tres millones de euros de presupuesto, 26 actores y bailarines, nueve arreglistas, siete coreógrafos y 22 canciones de Sabina confluyen desde hace una semana en el bombín gigante que preside la entrada del teatro Rialto de la Gran Vía madrileña. Avisemos: Más de 100 mentiras no es un show sobre la vida del cantante ni de ninguno de los personajes que retrata en sus melodías. Se trata de una obra de teatro que gira en torno a un timo perpetrado por tres delincuentes y una prostituta, y donde los temas de Sabina ponen el tono y el ritmo del musical. Y también el gancho comercial.
Las melodías de Calle melancolía, El pirata cojo, Quién me ha robado el mes de abril y La magdalena, entre otras, han sido adaptadas a la paleta sonora que un aficionado al musical espera oír en un patio de butacas. «El resultado no irritará a la talibanía sabinera, ni incomodará a los fanáticos del musical», promete Cámara.
El repertorio fue consensuado con el cantautor y su mano derecha, Pancho Varona. Según los responsables del montaje, «Sabina se ha inmiscuido poco, ha dado plena libertad». Dos reuniones en casa del músico bastaron para obtener su visto bueno. «Es una trama con principio y final, no una historia banal, como suele ser habitual en los musicales», subraya Serrano. Habrá que creer en su entusiasmo: planean llevar el montaje a México y Buenos Aires y, en el 2015, convertirlo en cine.



 

 

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