jueves, 30 de abril de 2009

Che, el musical argentino


Contar la vida de Ernesto Che Guevara en un musical. Ése fue el objetivo que se propusieron, hace algunos años, los músicos y compositores argentinos Oscar Mangione y 0scar Laiguera. Después de un largo proceso de investigación histórica y una rigurosa selección de los actores, Che, el musical argentino llegó a los escenarios de Buenos Aires la semana pasada.

"En los últimos años, no hay musicales con características locales. Lo que en otra época fue el sainete como un modo de expresión teatral y musical típicamente argentino, que tuvo grandes autores como Armando Discépolo, y compositores como Troilo, desapareció", relata Oscar Laiguera, co-autor y director musical de la obra que acaba de estrenarse en el espacio artístico Ciudad Cultural Konex.

Cuando comenzaron a trabajar en este proyecto, los autores se plantearon un objetivo: no perder la profundidad psicológica del Che y contar la historia a través de la música. "A mí, lo que más me irritaba era la banalización de su figura. Entonces, lo que nosotros queremos decir es que el Che no es figura de póster ni de remera, sino que es una figura importante de la historia latinoamericana, al margen de las distintas opiniones que podamos tener acerca de su trayectoria", explica Oscar Mangione, co-autor y director general de la obra

La cuatro estaciones de la vida del Che
La obra se divide en cuatro grandes momentos o estaciones. Primero, su infancia en Alta Gracia y su lucha contra el asma. En esa época, según los autores, se forja su personalidad de luchador incansable. Brian Cazeneuve, el joven actor que interpreta al Che durante su niñez, asegura que en esa época de su vida "empiezan a aparecer los problemas". A su juicio, diferentes síntomas van definiendo su personalidad: "Con sus amigos, aparece su posición de líder y toda su actitud de querer ayuda, la solidaridad y todos esos pequeños gestos que se ven en esas escenas van configurando lo que va a ser el Che en su adolescencia y madurez".

Luego, la obra recorre momentos de su juventud, sus viajes por Latinoamérica y la etapa de la Revolución, durante los cuales Ernesto Guevara de la Serna se transforma en el Che. Para el papel protagónico, los autores convocaron a los actores Alejandro Paker y Germán Barceló, quienes se alternan entre función y función, cada uno con su propia impronta. En diálogo con Radio Nederland, Alejandro Paker explica cómo fue el trabajo que realizó para interpretar a este Che de ficción. "Investigamos muchísimo," comenta, "y, sobre todo, nos basamos en la bibliografía que reúne textos que escribieron sus amigos, como Granados, Calica Ferrer, Ricardo Rojo; sus mujeres; su madre y su padre. Porque las biografías, como la de Taibo, presentan un detalle cronológico de datos, nada más. Pero, como actor, lo que a mí me sirve a la hora de la composición me lo puede dibujar la gente que estuvo al lado de él. Y así fue como trabajamos".

Amor y coherencia
Nacido en la ciudad argentina de Rosario, al igual que el Che, Alejandro Paker uno de los actores que más se destacan en el teatro musical argentino, siente una particular admiración por el personaje que hoy le toca interpretar. Durante el trabajo de investigación que realizó para componer al mítico argentino, se sorprendió por la manera en la que el Che se refería al amor. "Él, en sus discursos, habla acerca del amor, y usa muchas veces el término, la palabra. Dice, por ejemplo, que un revolucionario debe sentir amor por los demás y por la justicia", cuenta Paker. "Y hay algo que también admiro día a día, en la medida que lo interpreto, que es la coherencia entre su discurso y su acción. Son muy pocas personas que son coherentes a la hora de la acción con su propio discurso. Él hacía exactamente lo que pensaba y lo mostraba, y era ejemplo vivo ejemplo en acción constante. Y ésa es otra de las cosas que admiro de este personaje", agrega.

Uno de los momentos más conmovedores de la obra es el encuentro del Che con Julia Cortés, la maestra rural que lo acompañó durante sus últimos días en La Higuera, en Bolivia. Para este papel, los autores convocaron a la talentosa cantante folklórica Roxana Carabajal, que debuta en un musical. "Ha sido una propuesta muy interesante porque Julia fue como el alma madre en los últimos días de este hombre. En ella se ha amparado para refugiarse y poder, de alguna manera, mitigar el dolor de la despedida", explica Roxana, minutos antes de salir a escena. "Imagino que en ese momento, antes de morir, él habrá deseado tener en sus brazos a su madre. Y Julia fue la representación de la madre que él no tuvo en ese momento. Pero también hay una especie de enamoramiento con el Che. Eso es lo que vivo yo, y se entrelazan muchas emociones en ese momento. Gracias a la obra, conocí lo que ha significado Julia Cortés en la vida del Che Guevara", asegura.

Derribando prejuicios
Durante dos horas y media, con 50 artistas en escena y una orquesta en vivo, la música se convierte en protagonista de la obra y busca reflejar el colorido de aquellos lugares que fueron escenarios de la vida del Che. Cuando contaban que estaban trabajando en este proyecto, lo primero que les decían era que no se podía hacer un musical con el Che. "Como si fueran incompatibles... Yo me pregunto: si se hizo un musical con Eva Perón, ¿por qué no se puede hacer un musical con el Che?", dice Mangione.

Laiguera explica que, en esta obra, el Che personaje tuvo que adecuarse a las necesidades de los autores. "De repente, sentíamos que tenía que bailar un tango con Evita, cantar un tango, cantar folklore con Roxana Carabajal, cantar música un poco más rockera, del estilo del rock argentino, no rock universal. Pero lo que no queríamos era que pasara como con el musical Evita, de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice, pues nos vinieron a contar una historia nuestra con su ideología, con su música y, además, con datos falsos de la realidad", acusa Laiguera.

Además de la necesidad de contar esta historia de una manera artística y atractiva, los autores perseguían otro objetivo: evitar que en un futuro cercano, autores y productores de Inglaterra o Estados Unidos montaran un musical sobre la vida del Che "contándola como ellos quieren". "Y yo no te voy a decir que nosotros somos absolutamente fieles a la historia, porque no somos grandes investigadores. Hemos recurrido a la investigación de otros, pero me parece que los músicos argentinos tenemos que recoger ese guante y tratar de hacer las cosas desde nuestro lugar. Aunque nos critiquen, aunque haya prejuicios. Yo cuando veo la respuesta del público me quedo muy tranquilo", dice, satisfecho, Mangione.

Cuando termina la función, las reacciones son variadas. Algunos dicen que, aunque reconocen la calidad de las interpretaciones, les resulta extraño ver al Che cantando y bailando. Otros destacan la rigurosidad de la investigación histórica. "He leído muchas cosas del Che, y me parece que la historia está perfecta. Está muy bien interpretada," dice un joven espectador que, al mismo tiempo, reconoce no ser fanático de los musicales. "Pero se nota que está hecho con pasión, con ganas. Y además, el Che emociona".

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