miércoles, 27 de agosto de 2008

Son el futuro del teatro

Natalia Sosa, Alan Estrada, Daniel Araujo y Rogelio Suárez saben que no obtendrán fama y fortuna, pero sí satisfacciones

Claudia Contreras El Universal Sábado 23 de agosto de 2008 claudia.contreras@eluniversal.com.mx

Divertidas anécdotas marcaron su ingreso a la comedia musical, género en el que se han labrado ya un nombre y reconocimiento gracias a su talento, disciplina y perseverancia, pues su mayor motivación va mucho más allá de la fama, ya que el hecho de poder estar sobre un escenario y recibir el aplauso del público es su vida.
Natalia Sosa, Mauricio Salas, Rogelio Suárez y Daniel Araujo son cuatro actores que inesperadamente descubrieron en el teatro su verdadera vocación.
En el caso de Natalia, quien fue corista de Mijares, explica que asistió a su primera audición por insistencia de una amiga y aunque no se quedó, sí se enamoró de todo lo que rodeaba ese proceso, por lo que desde entonces no se pierde ninguna audición y así le llegó su oportunidad en Jesucristo superestrella.
“Recuerdo que después de tres meses de preparación y de asistir a talleres, me dijeron también que no, pero, bueno, la suerte se movió a mi favor; dos chicas no aceptaron el papel y ahí fue donde yo entré por primera vez al teatro, con Jesucristo superestrella”.
Mientras que Mauricio Salas, quien alguna vez soñó con ser patinador profesional, contó que tras participar en varias obras escolares, tuvo la oportunidad de venir a audicionar para el musical José el soñador.
“La verdad, siempre pensé que me darían el borrego 15, pero no me importaba, porque lo que quería era estar ahí.
“Afortunadamente, luego de un largo proceso de audiciones y de talleres, Morris Gilbert me llamó a su oficina y me dijo: ‘Sí te vas a quedar, pero debes saber que aquí todos son importantes, desde el primero hasta el último’. Obvio, pensé ‘soy el último’, pero entonces me dijo: ‘Vas a ser José’, ese momento fue maravilloso”, afirmó el actor.
La historia de Rogelio Suárez no es muy diferente, pues casi al concluir su preparatoria participó en una obra estudiantil que le dejó tan grato sabor de boca que pensó: “De aquí soy”.
Así fue como llegó un día a las audiciones de Hoy no me puedo levantar, donde logró superar los nervios y la falta de experiencia con empeño y talento.
Su esfuerzo fue recompensado y fue el mismo Nacho Cano quien, de una manera poco usual, le dijo que estaba dentro: “De repente se me acerca (Cano) y me repregunta: ‘¿Te enfermas mucho o tienes problemas para cantar enfermo?’, le contesto que no y me dice: ‘Qué bueno, porque vamos a tardar en encontrarte un suplente’, me quedé en shock total, pero desde entonces no me imagino haciendo otra cosa”, aclaró.
El caso de Daniel Araujo es un poco diferente, pues aunque ya tenía una larga trayectoria como actor en Argentina, fue apenas hace unos años que debutó en México en el musical Dos gardenias.
Más tarde asistió al casting de un nuevo musical: Bésame mucho, donde fue elegido para darle vida a Nilo, gracias a la gran audición que ofreció.
Pesé a que esta profesión no los hará ricos ni famosos, el cuarteto coincide en que no cambiarían por nada el participar en un musical, aún cuando deban ser parte del ensamble, ya que “los productores ahora quieren como protagonistas a estrellas de televisión”.

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