miércoles, 15 de julio de 2009

Elena Roger: "Estoy más cerca de Piaf que de Evita”


La actriz argentina de 34 años trae a la Argentina la obra que le valió premios en Londres, la ciudad donde vive. Rechazada por el Teatro Colón, mimada por la crítica, Roger tuvo una carrera inusual jalonada por Mina... ché cosa sei y Evita, el musical que la consagró.


Hace dos meses que ensaya en Buenos Aires. No hay descanso ni grises en la intensidad de esta argentina de 34 años, tan menuda, pequeña y fuerte a la vez como las mujeres a las que le tocó interpretar. “Se dio de casualidad pero me gusta hacer estos roles femeninos interesantes porque no hay muchos papeles así en la comedia musical”, dice Elena Roger, la actriz y cantante que el viernes 17 estrena Piaf, en el teatro Liceo. En los tres años que lleva en Londres, Roger fue Evita, el famoso musical de Andrew Lloyd Webber, y en 2008, personificó al Gorrión de París, en el musical biográfico de la estrella francesa escrito por Pam Gems por el que ganó nada menos que el premio Lawrence Olivier y que ahora, con producción de Adrián Suar y Fernando Blanco, se verá en la Argentina. “De todos modos, me siento más cerca de Piaf que de Evita porque, por más que no sea de mi país, era una artista y puedo entenderla más que a Evita, que también era actriz y era mujer, pero era una política y yo no lo soy”, aclara.“Las diferencias entre las dos puestas están en el idioma, claro, y el elenco (por favor, mencionalos que son maravillosos), después es todo igual. Lo importante es que acá vino a montar la obra el director original, no un puestista que copia al original, y entonces no busca ‘lo igual’ sino que los actores den lo propio”, afirma sobre Jamie Lloyd, de apenas 28 años, y a quien conoció como director en el Donmar Warehouse, la sala ubicada en el West End londinense y a cuya cabeza está Michael Grandage. Redes de contacto, como el director de Evita fue Grandage, él aceptó la propuesta de la argentina de hacer Piaf en el Donmar, con la dirección de su joven y exigente colaborador Lloyd (ver recuadro). “El Donmar es un prestigioso teatro del off, donde se ven obras en temporadas cortas que después pueden pasar o no al circuito comercial o a Broadway. Es un lugar muy mágico, para unas 200 personas, tenés a los artistas muy cerca, con entradas a 25 o 30 libras (entre 100 a 125 pesos), es decir, alrededor de la mitad o menos de las ofrecidas en salas más centrales (como el Adhelphi Theatre donde hizo a Evita)”, cuenta.La obra recrea la biografía de Edith Piaf desde los 18 años hasta su muerte, a los 47, en 1963. Hija de una cantante alcohólica y un artista callejero que pronto la abandonó, creció en un burdel cantando en las esquinas por monedas, donde fue descubierta por el dueño de un cabaret que decidió apadrinarla. “Ella tenía un ángel, un aura muy especial que ves en algunas artistas que no podés dejar de mirar. Como decimos en la obra, ‘cantaba con la verdad’. Yo creo que el camino del arte te abre muchas puertas, hacés conexión más allá de la plata, es otra dimensión. Como ella era tan buena, se conectó con otra gente y llegó a ser la cantante mejor paga de la época. Y creo –dice– que fue feliz, fue muy amada y amó mucho, si bien no siempre se podía estar con ella por la locura con la que vivió la vida”. –¿Te encontraste con aspectos de su personalidad que no te gustaron?–Yo no juzgo esas vidas, no soy nadie para eso, lo que hago es tratar de entenderlas para poder representarlas, de entender sus circunstancias y la gente que la rodeó. Yo te puedo decir, hablando de mi carrera, que no es lo mismo ahora que cuando empecé y no es fácil estar en un lugar de primera figura, si bien nadie tiene derecho a ser un déspota y maltratar a los demás. En el caso de Piaf, dicen que era muy mandona, que tenía todo un séquito en su casa, que había que comer lo que ella quería y a la hora que ella disponía. Pero ¿de quién vivían? ¿por qué no se iban? Estaban por la plata de ella y lo que ella significaba. Hay un combo de gente que rodea a estas estrellas que en parte pueden ser una lacra y, en parte, buenos amigos.–¿En Londres, sos una estrella “acosada”?–No, para nada. Igual que acá, puedo comer tranquila en cualquier lado, nadie me persigue, tengo el reconocimiento pero no soy mediática. Si bien hay muchas estrellas teatrales, cada vez más todo pasa por la televisión, como en todos lados. Lo que ha producido el auge de los realities es que artistas profesionales que antes iban a casting para quedar en una obra, ahora van a la tele para hacerse conocidos y lograr lo que por el otro camino no conseguirían.–¿A qué le dirías que no?–(Pausa) Y, por ejemplo, no haría desnudos en tapas de revista porque no tengo nada para mostrar.–Desde Mina… che cosa sei? por el que ganaste el reconocimiento de la crítica en Buenos Aires hasta donde llegaste, ¿qué hay de suerte, de empeño y de destino en tu carrera tan inusual? –Creo en el destino que la fue llevando. Muchas veces no he tenido lo que esperaba, por ejemplo, cuando me rechazaron en el examen en el Teatro Colón. Fue un bajón, pero seguí adelante. Y después, con el tiempo, me pregunté qué habría hecho yo si me aceptaban: ¿sería hoy una cantante lírica? ¡Pero si me gusta más lo de ahora! Hay gente que es negativa, con lo bueno y con lo malo: si les regalan un auto, se quejan por el color o si los echan del trabajo, no ven las otras posibilidades que se le abren a partir de eso. Todo es por algo, hay que relajarse y dejarse llevar, luchando sí, pero no esperando que algo pase. Porque eso, si no pasa, te desilusiona y es peor. Yo nunca esperé que me pasara todo esto que me pasa. Y estoy tranquila, lo único que me preocupa es vivir, ser buena persona, ya vendrán momentos más calmos, ya vendrán familia e hijos, si es que vienen. Porque no sé si eso es bueno para mí. Si viene, será porque es bueno y si no, no será.Habla el director: “No quería hacer una copia carbónica”El comentario unánime acerca del director de Piaf, Jamie Lloyd, es el de su juventud y su exigencia en cada ensayo. Acerca de lo segundo, el resultado se conocerá el viernes 17 cuando se estrene la obra; sobre lo primero, Lloyd no sólo asombra por sus declarados 28 años sino por su apariencia casi aniñada. De lo que no cabe duda, es que el colaborador de Michael Grandage en el Donmar Warehouse, sabe de lo que habla y que su admiración por Elena Roger, desde que la conoció en Evita, es total. “Fue el privilegio más grande de mi vida conocer a Elena. Ella trajo autenticidad ‘en pala’. Todos en Londres reconocieron que se trata de un talento mundial. Se convirtió en una superestrella de la noche a la mañana y todos la respetan. Por su energía, su físico y su canto maravilloso era la opción obvia para hacer Piaf, además del desafío para su carrera. Porque es una obra de texto con canciones, hay mucha actuación. No hay muchas actrices en Londres que puedan hacer eso, con tanta claridad. Es única. Tuvimos mucha suerte de tenerla”, declara.–¿Cómo se planteó esta puesta? –Mi intención nunca fue venir acá a enseñar nada sino hacer con los actores que encontraba, no quería una copia carbónica. Hay similitudes pero no fue un ‘hacelo así o asá’ que es el peligro con estas puestas de comedias musicales que son idénticas en todo el mundo. Yo quiero que los actores la sientan como propia”.Las primeras tres semanas trabajaron los productores locales en el casting del resto del elenco y él se sumó la última semana para la elección final. “Quiero que todos los protagonistas se sientan como en un taller de teatro; no me gusta sentarme en la butaca y ellos en el escenario, sin conexión. No busqué nombres sino a los mejores. Los argentinos tienen una energía especial, son más emocionales, se mandan más que los ingleses, toman más riesgos, juegan y eso es maravilloso porque surgieron muchas cosas nuevas. Hay un poco de Buenos Aires en todo lo que se hizo. El talento es increíble: la escenografía, el vestuario, todo a mano, hasta los pulóveres se tejieron acá, realizados especialmente. No se mandó todo por barco, se involucró a mucha gente”, dice.Es su primera vez en Buenos Aires y después de casi ocho semanas, Lloyd regresará a Londres el día posterior al estreno. “Me encanta compartir esto con Elena en su país natal –confiesa–. Aquí, yo sólo estoy para apoyarla”.

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