viernes, 30 de octubre de 2009

Julia Möller: "En los musicales, Londres es Londres"

Ruben Izquierdo Barcelona 30/10/2009 Actualizada a las 01:40h Cultura LA Vanguardia

Julia Möller está viviendo su gran año como actriz. Nacida en Dortmund, Alemania, esta ascendente intérprete se trasladó con su familia a Alicante a los seis años, para vivir parte de su adolescencia en Barcelona. Se formó en el Institut del Teatre y volvió después a su país, donde formó parte de la producción de Disney El Jorobado de Notre Dame.

De allí a Madrid para incorporarse al musical La Bella y la Bestia (2001), que le sirvió para consagrarse en un género en el que acabaría de explotar con Los Miserables en Londres. Möller interpretó a Cosette, uno de sus personajes principales, durante dos años en el Queen"s Theatre antes de sellar su primera colaboración con Dagoll Dagom, compañía con la que protagonizó la versión castellana de Mar i Cel de nuevo en Madrid.

Pequeños papeles televisivos sirven de contrapunto a su aportación al musical antes de volver a La Bella y la Bestia, versión dirigida por Glenn Casale en el Teatro Coliseum de la Gran Vía madrileña, donde permaneció hasta su explosión final como actriz con Aloma, la personal adaptación de la novela de Mercè Rodoreda coproducida por Dagoll Dagom y el TNC bajo la dirección de Joan Lluis Bozzo.

Premio de la Crítica de Catalunya y nominada a los Premios Butaca por su intensa Aloma, Möller cierra el año volviendo a encarnar "Bella", un personaje que como ella misma dice "es todo un festin".

-Vuelve a La Bella y la Bestia tras su paso por Aloma. ¿Cómo se prepara una transición así?
Ha sido un tránsito muy agradable. Me apetecía mucho, además, retomar el papel de Bella en este momento. Después de un personaje tan intenso como el de Aloma, que me ha aportado muchísimo como actriz, creo que necesitaba volver a Bella. La obra es muy bonita, el personaje es un festín... estoy muy contenta por poder recuperarla.

-¿Cuesta mucho hacerse suyo un personaje de ficción, que además es un dibujo animado y encima tan icónico como Bella?
La verdad es que he intentado no fijarme mucho en la película y tomar a Bella, salvando las distancias, como una persona real. En primer lugar porque considero muy interesante componer un personaje a través de uno mismo, y en segundo por ser un dibujo animado... la Bella de Disney tiene una energía totalmente distinta a la que sería muy difícil copiar. Por otra parte, en este montaje hemos tratamos de ofrecer un punto de vista más propio respecto al que se estrenó en 2001, lo que también supone un pequeño cambio.

-Pero el referente Disney es inevitable.
Lo es, pero creo que es bueno acercarse a Bella como un personaje más, darle matices...

-Pese a ese cambio, el perfil de público de la obra será, imagino, más joven que el de otras obras en las que usted ha participado. ¿Recibe un feeling distinto cuando el público es sensiblemente más joven?
Creo que el feeling cambia, más que por la edad, por el tipo de obras que ofreces. La Bella y la Bestia acaba con fuegos artificiales, es una fiesta continua, y eso inevitablemente le llega al espectador, que te lo devuelve de inmediato. Aloma, por poner un ejemplo en el otro extremo, era mucho más trágica, y el público mantenía una tensión casi constante pese a tratarse de una obra parcialmente musical.

-¿Y que percepciones recibe en uno y otro caso?
De Aloma, especialmente en los primeros pases, me impactó mucho el silencio que había tras algunos números musicales, fruto del clima intenso que transmitía la obra. Sabes que estás llegando al público, pero a otro nivel. Aquí en cambio mantenemos un clima casi festivo durante buena parte de la función, y parte de esa fiesta sí que la ves en las caras de los espectadores mientras actuamos. Ambas sensaciones son muy gratas, y muy difíciles de explicar.

-Siguiendo con el público. La campaña publicitaria de la obra habla de la despedida de La Bella y la Bestia en Barcelona. ¿A qué franja cree que van a llamar más la atención en la despedida del musical?
Es muy variado. Cuando estuve en Madrid, y cuando la obra siguió en Barcelona, nos encontramos desde niños de tres años a personas mayores que se enganchaban muy rápido a la obra.

-Perfil abierto, pues...
Totalmente. Y es muy grato que así sea. Recuerdo que en Madrid, cuando el escenario iluminaba al público, veía la cara de asombro de los más pequeños durante la función, lo que enlaza con lo que comentábamos antes..

-Esta es una obra con un escenario que requiere de amplias dimensiones. ¿Cómo valora su ubicación en el Teatre Musical?
El género musical, a la hora de efectuar su montaje, acostumbra a requerir de dimensiones algo mayores que una obra convencional. En este caso además nos encontramos con escenarios como la biblioteca, que nos llevaban a necesitar unas características técnicas muy especiales por su altura, y la acústica es también importante. Es muy de agradecer poder contar con un teatro así.

-Habla de los decorados. Con una presencia escénica tan importante, ¿se ven condicionados los ensayos?
No ensayamos con decorados hasta la última semana, pero sí que es cierto que requiere de un trabajo especial, ya que la escenografía también debe prepararse y trabajarse. Hay un gran trabajo en equipo, como en todos los musicales, aunque el esfuerzo vale la pena.

-El musical no era nuevo para usted antes de sumarse al proyecto. En Londres ya había trabajado en el género con Los Miserables y en Alemania estuvo con El jorobado de Notre Dame. ¿Qué diferencias ve con el país británico?
Aún son visibles. Aquí ha habido un boom en los últimos años que le ha ido muy bien al género, pero Londres es Londres. Allí el género es todo un acontecimiento y lo tienen muy integrado en la cultura popular, además de ser un referente turístico, que también aporta una cuota de público muy importante.

-Eso hace cambiar el perfil de público que ve una obra...
Más que variarlo lo amplía. Allí hay una cultura muy arraigada que se ha ido cultivando durante años y lo tienen muy interiorizado. Aquí se está empezando a inculcar el ver teatro en las escuelas, e incluso hay compañías pequeñas que lo hacen con el musical, lo que resulta fantástico y muy enriquecedor para el género. Poco a poco se va avanzando.

-¿Se está creando un público fiel?
Yo creo que sí. Este año con la crisis el género puede que haya sentido un pequeño bajón, pero se está consiguiendo que el público considere que el esfuerzo valga la pena. Poco a poco la gente se engancha al musical aunque la media del precio de las entradas sea más alto.

-Volviendo a su carrera. Antes hablábamos de que ahora retoma a Bella tras pasar por Dagoll Dagom con Aloma. ¿Qué balance hace de su paso por allí?
Buf... ha sido algo increíble, un gozo continuo como actriz. Tenía muchas ganas de hacer una obra como Aloma. Además de tener una parte musical contaba con muchísimo texto, que era algo que buscaba mucho, y el hacerlo en catalán suponía un reto para mí, ya que no es mi idioma materno.

-Cierto. Usted ha actuado en diferentes idiomas, como el inglés o el catalán. ¿Cómo lo trabaja?
Sobre todo a base de dicción. Yo el catalán ya lo hablaba, pero antes de cada ensayo hacía horas y horas de prácticas con la dicción para perfeccionar el acento. Mi profesora fue de gran ayuda en ese proceso.

-Pronto la veremos en otros registros, como la televisión.
Ahora he acabado de rodar una serie con TV3, Sagrada Familia, que aún no se ha estrenado.

-¿Puede avanzarnos algo?
Es una comedia coproducida por Dagoll Dagom y Mediapro que se estrenará, creo, que a primeros de 2010, aunque la fecha aún no está confirmada. Ya falta poquito...

-Esta no será su primera experiencia televisiva...
Hasta ahora había hecho algunas cosas muy episódicas en alguna serie, pero no había participado como lo haré con Sagrada Familia. Ha sido un rodaje muy interesante y me ha encantado formar parte del proyecto.

-Teatro, televisión... va cambiando.
Como actriz, creo que es bueno no estancarse y tratar de probar siempre cosas nuevas. Como dije antes, ahora sentía la necesidad de volver a Bella, pero parte de la magia de la actuación está en el cambio y en el ir probado cosas nuevas.

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