martes, 4 de septiembre de 2012

En el universo teatral mexicano brillan tres incansables y experimentados productores: Fela Fábregas, Morris Gilbert y Tina Galindo, quienes durante años han dado impulso a las artes escénicas con ambiciosos proyectos, apoyo a jóvenes talentos y apertura

Las manos detrás del telón

EL UNIVERSAL/MÉXICO, DF.-
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En el universo teatral mexicano brillan tres incansables y experimentados productores: Fela Fábregas, Morris Gilbert y Tina Galindo, quienes durante años han dado impulso a las artes escénicas con ambiciosos proyectos, apoyo a jóvenes talentos y apertura de espacios.

Tina Galindo ha demostrado su poder de mando al quedarse al frente de dos importantes recintos del Distrito Federal, el Teatro de la Ciudad, de 1976 a 1982, y el Teatro de los Insurgentes, desde hace 15 años, ocho de los cuales produjo sola lo que ahí se presentaba, hasta que se asocia con Claudio Carrera.

Durante su administración se han montado obras en el Insurgentes con elencos de primer nivel, en los cuales figuran nombres como Diego Luna, Silvia Pinal, Jacqueline Andere, José María Yazpik, Rebecca Jones y Demián Bichir, por mencionar algunos.

Ya sea por vocación, por amor o descubrimiento, el encuentro de estas tres figuras con el teatro ha sido predestinado y con mucha fortuna.

Tina Galindo es la mujer que se ha encargado de fijar estos altos estándares en las producciones que presenta en el Teatro de los Insurgentes.

Pero lo que hoy hace a la perfección, a Tina le tocó descubrirlo en su juventud.

Toda una vida por amor

Respaldando siempre a su esposo, el fallecido actor, director y productor Manolo Fábregas, Fela lo apoyó en la creación primero del Teatro San Rafael y después del Centro Teatral Manolo Fábregas. Desde 1951, año en que contrajo matrimonio con el legendario actor, se involucró en la actividad teatral de la familia, realizando desde relaciones públicas hasta el diseño de vestuario.

Hace 30 años fundó el Centro Cultural Virgina Fábregas, en el cual se imparte la carrera de actuación y comedia musical. Después de la muerte de Manolo Fábregas (1996) tomó las riendas de los teatros, las producciones y la escuela, labores que desempeña hasta hoy.

Continuadora del legado teatral de la familia Fábregas, Fela asegura que su incursión en el mundo del teatro fue por amor a su esposo, Manolo Fábregas. "Sé que si él hubiera sido doctor yo hubiera sido enfermera, que no me hubiera gustado, pero lo sería con tal de estar con él".

Es que Fela reconoce que cuando conoció a su esposo nada sabía del teatro, incluso no dimensionaba la importancia de Virginia Fábregas, abuela de él, hasta que la acompañó a una función, en la que recibió aplausos de pie, aunque sólo estaba en el teatro como espectadora.

Así comenzó una mancuerna de trabajo muy efectiva, prueba de ello es que la ahora productora fue quien ideó las funciones de estreno para invitar a personalidades y prensa, así como las develaciones de placas al llegar a las 100 funciones, para darle más empuje a los montajes de su marido, actividades que hoy son una tradición.

Entre los sueños que su famoso esposo le ayudó a cumplir, fue la creación de un lugar donde los futuros actores pudieran formarse, así surgió hace 30 años el Centro Cultural Virginia Fábregas. También creó la carrera de Comedia Musical y cursos de verano, y otorga becas basada en su "intuición", para que los alumnos estudien en el Instituto de Cine de Madrid.

Productor de obras y sueños

Morris Gilbert tiene más de 35 años de experiencia en la producción teatral y actualmente está al frente de la división teatro de OCESA, empresa líder en entretenimiento en México. Durante 15 años de trabajo en este consorcio, Morris ha logrado montar 21 musicales, comenzando con La Bella y La Bestia (1997), pasando por Los Miserables, Mentiras, Si Nos Dejan y en pocas semanas estrenará Mary Poppins.

Bajo su supervisión, se encuentran en cartelera nueve puestas en escena, pero su historial registra 85 obras producidas, las cuales suman alrededor de 36 mil funciones avaladas por él.

Morris Gilbert aún recuerda lo que le decían en su casa cuando dijo que quería hacer teatro: "Eso es un hobby, ¿de qué vas a vivir?", pero fue tal su convicción que desde muy joven se involucró en ese medio.

En su proceso se fue por lo más obvio, la actuación. "Ya estando en el escenario, conociendo el medio, me di cuenta que lo que quería ser era productor y no actor, me llevó 10 años reconocerlo".

A partir de ese momento comenzó un proceso de aprendizaje, por lo que estudió donde podía. "No quería que nadie me contara cómo era esto, yo lo quería conocer desde adentro, desde su raíz, lo que logré fue conocer a todo el medio y que todo el medio me conociera a mí, desde actores, directores, técnicos, en fin".

Ahora, con 15 años en la empresa y 21 musicales, el retiro no está en sus planes. "Yo era un soñador y OCESA puso los fierros para que los pudiéramos hacer realidad, pero eso fue un trabajo en equipo".

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