domingo, 4 de noviembre de 2007

El teatro musical de hoy

FESTIVAL DE OTOÑO
J. Á. VELA DEL CAMPO 05/11/2007
El teatro musical de nuestros días tiene en Heiner Goebbels (Neustadt/Weinstrasse, Alemania, 1952) uno de sus iconos. Hace un par de años causó una conmoción en el teatro de la Zarzuela, dentro del Festival de Otoño, con Eraritjaritjaka, una pieza de 2004 con textos de Elías Canetti. Estos días ha vuelto con una de sus obras emblemáticas -Schwarz auf Weiss (Negro sobre blanco)-, representada más de 50 veces desde su estreno en Francfort en 1996. El público de Madrid ha respondido poniendo el cartel de "no hay localidades" en todas las representaciones. Incluso un puñado de espectadores aguantó hasta última hora junto a las taquillas por si alguien devolvía una entrada. ¿Quién teme, con este espíritu, al teatro musical contemporáneo?
La obra está pensada para el Ensemble Modern de Francfort, uno de los grupos punteros de la música actual. Los 18 participantes en Schwarz auf Weiss hacen de todo. Tocan sus instrumentos habituales y algunos de los de sus compañeros, actúan, cantan, se desplazan, juegan al tenis o toman un té mientras experimentan con la levedad de un envoltorio de papel al que se da fuego. Estamos ante un teatro polifónico que no pierde en ningún momento la tensión, y en el que se recupera en cierto modo el concepto de "compañía" y de creación pensando en los intérpretes. Es curioso. El primer libro de Goebbels lleva por título Komposition als Inszenierung (Composición como puesta en escena). Pues eso.
Hay en la pieza textos de Edgar Allan Poe, Elliot y Blanchot. En el primero de ellos, la inquietante parábola Sombra, se escucha la voz grabada de Heiner Müller (en los sobretítulos al español se usa la traducción de Cortázar). El dramaturgo alemán es una referencia en las composiciones de Goebbels. Ya en 1992, en Herakles 2, se sirvió de la arquitectura de un texto de Müller para montar la estructura musical de la obra. Los textos de Müller no faltan en títulos de 1994 tan determinantes en la evolución de Goebbels como Surrogate Cities, una investigación apasionante sobre la sonoridad de las ciudades, que en su versión escénica inauguró en el teatro La Fenice la Bienal de Venecia de 2005. En Schwarz auf..., Müller está presente con su voz. Está, que es lo importante para Goebbels.
La interpretación a cargo del Ensemble Modern fue sensacional. Se mueve a sus anchas en ese terreno equidistante entre el teatro musical y la performance, donde conviven con naturalidad las músicas más opuestas. El público siguió la propuesta embelesado. La libertad creativa de Goebbels y el Ensemble Modern es puesta de manifiesto en la combinación de estímulos, en la poesía sonora de nuevo cuño, en la búsqueda de unos parámetros para el teatro musical en sintonía con la sensibilidad de nuestro tiempo. Goebbels abre horizontes. Hay que seguir sus pasos.

No hay comentarios.: